Un señor que vivía cerca de Hualinga, al acercarse la tarde, veía siempre una luz brillante cerca al corte cerrado, eran las 6 pm aproximadamente. Un día recibió la visita de un amigo, y ambos pudieron ver la luz que apareció nuevamente, el amigo sorprendido por el hecho le comentó que esa luz le revelaba algo. Así transcurrieron los días y el amigo intrigado decide seguir a la luz pensando que podría ser un entierro como muchos de los antiguos comentaban de los tesoros escondidos, caminó un buen trecho siempre en dirección de la luz y cuando estaba cerca se le apareció una especie de fantasma y le indicó el lugar donde debía excavar, el señor emocionado empezó a cavar con su machete que era lo único que tenía en ese momento, cavó y cavó y después de tanto esfuerzo un esqueleto encontró...El mismo fantasma obligó al campesino a recoger los huesos y ser llevados al cementerio y darle cristiana sepultura. MGO
Enseñanza: No busques lo que no haz guardado.
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